El Reciclado
EL RECICLADO DE LOS ENVASES DE ACERO
Una vez separados del resto de residuos, los de acero, que conforman la llamada chatarra férrica, pasan por un proceso de adecuación que les va a permitir llegar en condiciones idóneas a las acerías. Una vez comprobado que responden a las exigencias necesarias, se compactan para facilitar su manejo y transporte a uno de los dos destinos siguientes:
– acerías de cabecera: estas instalaciones, también llamadas siderurgias integrales, son las que fabrican el acero según el proceso tradicional de horno alto. Utilizan entre un 20% y un 30% de chatarra férrica para conseguir acero nuevo. Hace años, se procedía a un desestañado para separar este metal en los productos de hojalata pero en la actualidad se emplea una cantidad tan pequeña de estaño que ya no es necesario suprimirla.
– acerías eléctricas: en estas instalaciones ya no se procede a la obtención del arabio sino que se funde directamente el acero recuperado. El elemento básico es el horno eléctrico, que produce la temperatura necesaria para fundir la chatarra férrica, ingrediente principal, si no exclusivo, de este sistema. En menos de una hora los desechos de acero, de los que los envases representan una parte muy pequeña, se han reciclado y convertido en la materia prima para nuevas utilidades. El 72% de la producción española de acero de 1999 provenía de las acerías eléctricas y esta proporción sigue creciendo poco a poco cada año.
Las acerías eléctricas no utilizan pesados equipos como los de aglomeración del mineral, las coquerías o los altos hornos, y contribuyen además a un ahorro importante de energía.