En España, las entidades que representan a los fabricantes de envases están en contra del sistema de depósito, devolución y retorno de envases usados. Entre otras muchas razones, por su claro carácter discriminatorio.

NUEVO RECHAZO AL SISTEMA
DE DEPÓSITO DE ENVASES

Los fabricantes de envases valoran positivamente que Irlanda descarte el SDDR.
Francia, Reino Unido, y ahora Irlanda, descartan un sistema que, en el caso de España, supondría un coste añadido para el consumidor de cerca de 1000 millones de euros.

25 de septiembre de 2013.- Irlanda ha sido el último país en sumarse a una posición contraria al SDDR. Los fabricantes de envases han valorado muy positivamente las palabras del ministro de medio ambiente irlandés, Phil Hogan, quien recientemente anunció que su gobierno descarta imponer nuevas tasas sobre envases y adoptar un sistema de depósito de envases de bebidas.

Destacan que esta decisión se ha tomado después de un estudio exhaustivo de las opciones de mejora de los sistemas de reciclado de envases, que emana de un mandato del propio gobierno, iniciado por el departamento de medio ambiente, comunidad y desarrollo local (DoECLG) en junio de 2012, como parte de un ambicioso proyecto para valorar las opciones de mejora de la responsabilidad ampliada del productor.

Un elemento importante en esta decisión ha sido un detallado estudio del “Economic and Social Research Institute” y el departamento de Economía del prestigioso Trinity College de Dublín, en respuesta al encargo del gobierno. Entre las conclusiones de dicho estudio se afirma que la implantación de un SDDR superpuesto al sistema actual de gestión de envases usados reduciría la eficacia del sistema y multiplicaría los costes. El informe también recuerda que el SDDR se aplica sólo a algunos envases (ni siquiera a todos los envases de bebidas), que no sirve para otro tipo de envases y que “tiene un altísimo coste de implantación y gestión”.

En el caso de Reino Unido, el ministerio de medio ambiente inglés (DEFRA) daba a conocer el año pasado su informe “Government Review of Waste Policy in England 2011” sobre política de residuos y estrategia hacia el residuo cero. Las autoridades británicas, al igual que hicieron en su día las francesas, también descartaron implantar sistemas de depósito sobre envases por su escasa eficacia frente al elevadísimo coste del sistema, que DEFRA valoró en 1400 millones de libras.

NI ALTERNATIVO NI COMPLEMENTARIO

Los SDDR se suelen presentar como sistemas que permiten la recuperación de todos los envases usados, pero en la práctica se limitan a envases de bebidas, y dentro de éstos exclusivamente a botellas y latas de bebidas de agua, refrescos y cerveza.

Los sistemas de depósito en vigor excluyen bebidas y envases como, entre otros, vino o productos lácteos en cartones de bebidas, envases de mayor peso como botellas de vino, cava o licores, y cualquier otro envase para productos líquidos o sólidos.

Según la Comisión Europea, no existe justificación medioambiental para tratar de distinta forma un mismo envase en función del producto que contenga.

Para los fabricantes de envases españoles, el SDDR no es una opción válida porque en España ya se han superado con creces los objetivos que fija la legislación europea y española, con un coste para el ciudadano de menos del 10% de lo que costaría con un SDDR.

Los fabricantes ya habían señalado que la información oficial de la Agencia Federal de medio ambiente de Alemania desmiente las cifras que se han venido comunicando en España, que afirmaban que gracias al SDDR se ha alcanzado el 98% de reciclado de envases. Según los últimos datos de la Agencia Federal (año 2008), el reciclado material en Alemania fue del 70%. De esta cifra, el reciclado material de envases plásticos fue del 47% y en el caso de envases metálicos el sistema de depósito se aplicó sólo al 1,2% de los envases.

También recuerdan que el año pasado, con motivo del Congreso Nacional de Medio Ambiente, CONAMA 2012, se dio a conocer un completo estudio sobre los SDDR en Europa y la ofensiva de implantación en España que mostraba cómo el coste de superponer ambos sistemas triplica al de los sistemas actuales.

En este estudio se dejaba claro que el SDDR no es un sistema alternativo ni complementario de los sistemas integrados de gestión de envases usados (SIG) porque no permite sustituir el SIG por el SDDR, pues al estar éste dirigido a una pequeña fracción de los envases del mercado, exige mantener los SIG existentes, que llevan funcionando desde hace casi veinte años con tasas de recuperación de envases superiores a las que requiere la Comunidad Europea. Tampoco añade nuevos tipos de envases o materiales a los envases que se recogen en un sistema integrado de gestión, sino que va dirigido a una parte de los envases que ya se recogen en un SIG; es decir: los envases se dejan de incluir en el SIG y se incluyen en el SDDR.